Y acabamos el día con una información que puede que a cualquiera de ustedes los involucre, y es que varios de nosotros en una determinada edad comenzamos a percibir que el día se acaba en cuestión de segundos, la semana termina repentinamente y el año inmediatamente.
No se ustedes pero, mi vida siento que pasa demasiado rápido y siempre me he preguntado porque esto es así, no exagero, recuerdo bien cuando una noche era demasiado larga que parecía que nunca iba acabar, siento que cada vez el tiempo pasa muy rápido de lo normal por cualquier acción que este haciendo. Y sobre todo lo que me he percatado es que este se acelera mas en momentos de desesperación, es decir, cuando estoy por salir al trabajo, o algún sitio determinado. Eso es respecto al tiempo durante un día. Pero ademas, si hablamos de como es el tiempo durante el año, es increíble, el año acaba demasiado rápido, tan solo recuerdo como si el 2015 fuera ayer, y quizás, este año termine mañana. No entiendo porque de este fenómeno, claro esta que esto nunca lo he sentido así, pero en mi niñez si que un día se demoraba un vida.
Existen investigaciones sobre la sensación de que la vida se está acelerando. Este es un aspecto
del proceso de envejecimiento comúnmente reportado. Indican que nuestra habilidad para analizar el paso del tiempo se altera con la edad. Si se les pide a una persona de 25 años de edad y a otra de 80 que adivinen cuándo ha pasado un minuto sin contar, la joven lo hará con más
precisión, mientras que el tiempo parecerá haber pasado un poco más rápido para
la más vieja.
La forma en la que miramos el tiempo sigue siendo una incógnita. Nadie ha podido encontrar ningún área específica del cerebro
dedicada a la percepción del tiempo. Nosotros poseemos un reloj biológico que regula
nuestro ciclo de 24 horas de sueño y vigilia, pero sólo rige nuestros ritmos
circadianos y no juega ningún papel en la estimación de los segundos, minutos o
años que pasan. Sin embargo, varias condiciones médicas indican que al menos
cuatro partes diferentes del cerebro podrían jugar un rol en la percepción del
tiempo.
Los niños con el síndrome de Tourette, por ejemplo, que
tienen que utilizar la corteza prefrontal (justo detrás de la frente) para
tratar de controlar sus tics, son mejores estimando intervalos de poco más de
un segundo que los demás niños. Mientras tanto, los estudios en los que a niños con
trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) les dan tareas de
estimación de tiempo muestran que éste pasa muy lentamente para ellos. Eso
respalda otros hallazgos que apuntan a que la percepción del tiempo está
relacionada con el sistema de la dopamina en el cerebro. Así que para esos
niños, quedarse sentados quietos durante cinco minutos puede parecerles una
eternidad.
En realidad, depende de los plazos que se están
considerando. En los estudios de la percepción del tiempo, los adultos de
mediana edad reportan que las horas y los días pasan en lo que parece una
velocidad normal, y son los años los que pasan volando. Tras escribir un libro sobre la percepción del tiempo,
yo creo que esto se debe a que evaluamos el tiempo de dos maneras: lo vemos de
forma prospectiva preguntándonos qué tan rápido está pasando el tiempo en
estos momentos y también retrospectiva cuán rápido pasó el día de ayer o la
semana pasada.
En general, esas dos percepciones coinciden y el paso
del tiempo se siente muy fluido, pero a veces pierden la sincronización. El
envejecimiento es un ejemplo de esto. Se sigue sintiendo que los días pasan a
una velocidad media, pero nos sorprendemos cuando los marcadores de tiempo nos
recuerdan cuántos meses y años han pasado o con cuánta rapidez vuelven los
cumpleaños. Parte de la razón es que cuando comenzamos a envejecer,
inevitablemente, la vida trae menos experiencias nuevas y más rutinas. Debido a
que usamos el número de nuevos recuerdos para medir cuánto tiempo ha pasado,
una semana normal que no es memorable da la ilusión de que el tiempo se está
reduciendo.
Hay un remedio. Si desea que el fin de semana se acabe menos
rápido, no lo pase descansando y viendo la televisión, realice nuevas
experiencias. Aunque debemos preguntarnos si realmente queremos ralentizar
el tiempo. Si nos fijamos en las circunstancias en las que la evidencia nos
dice que el tiempo parece pasar lentamente, estas incluyen tener una fiebre muy
alta, sentirse rechazado y tener depresión.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario